Toxicidad
Oxido de
Azufre
Agrava
las enfermedades respiratorias: afecta la respiración en especial a los
ancianos con enfermedades pulmonares crónicas; provoca episodios de tos y
asfixia; crecientes índices de asma crónico y agudo, bronquitis y enfisema;
cambios en el sistema de defensa de los pulmones que se agudiza con personas
con desórdenes cardiovasculares y pulmonares; irrita los ojos y los conductos
respiratorios; aumenta la mortalidad.
Oxido de
nitrógeno
Agrava
las enfermedades respiratorias y cardiovasculares; irrita los pulmones; reduce
la visibilidad en la atmósfera; causa daño al sistema respiratorio; afecta y
reduce la capacidad de transporte de oxígeno de la sangre, a las células y al corazón; dolor de cabeza, pérdida de visión,
disminución de la coordinación muscular, náuseas, dolores
abdominales (es crítico en personas con enfermedades cardíacas y pulmonares);
eleva los índices de mortalidad por cáncer, por neumonías, cáncer del pulmón.
Oxido de
Carbono
En forma
de monóxido de carbono tiene la capacidad de reducir la capacidad de la sangre
para transportar oxígeno, puede afectar los procesos mentales, agrava las
enfermedades respiratorias y del corazón, puede causar dolor de cabeza y
cansancio en concentraciones moderadas (de 50 a 10 p.p.m.) y la muerte en concentraciones altas y prolongadas (de
750 p.p.m. en adelante). La amenaza de óxido de carbono a la salud es mayor en
personas que padecen enfermedades cardiovasculares (angina de pecho o
enfermedades vasculares periferales).
¿Qué
daños origina la lluvia ácida?
La lluvia
ácida causa multitud de efectos nocivos tanto sobre los ecosistemas como sobre
los materiales. Intentemos sintetizarlos:
Aumentan
la acidez de las aguas de ríos y lagos, lo que se traduce en importantes daños
en la vida acuática, tanto piscícola como vegetal.
Aumenta
la acidez de los suelos, lo que se traduce en cambios en la composición de los
mismos, produciéndose la lixiviación de nutrientes importantes para las
plantas, tales como el calcio, y movilizándose metales tóxicos, tales como el
cadmio, níquel, manganeso, plomo, mercurio, que de esta forma se introducen también
en las corrientes de agua.
La
vegetación expuesta directamente a la lluvia ácida sufre no sólo las
consecuencias del deterioro del suelo, sino también un daño directo que puede
llegar a ocasionar incluso la muerte de muchas especies.
El patrimonio construído con piedra caliza
experimenta también muchos daños, pues la piedra sufre la siguiente reacción química,
Los
materiales metálicos se corroen a mucha mayor velocidad.
El efecto
más importante de la lluvia ácida en los sistemas acuáticos es el descenso de
las poblaciones de peces, situación especialmente perjudicial para la pesca deportiva. El resultado indirecto en el
turismo es de tipo económico. Otros efectos de la lluvia ácida relacionados con
el agua incluyen los que se producen en los seres humanos que comen peces con
una mayor concentración de metales en su carne y la reducción de ciertos grupos
de
zooplancton, algas y plantas acuáticas, todo lo cual trastorna la cadena
alimenticia global de los lagos y potencialmente causa desequilibrios
ecológicos. Los estudios han demostrado con claridad que la trucha y el salmón
del Atlántico son particularmente sensibles a los niveles bajos de pH, los
cuales interfieren con sus procesos reproductivos y con frecuencia dan origen a
deformaciones en el esqueleto.